Hierba de Santa María
Persicaria lapathifolia
- Familia: Familia de la acedera – Polygonaceae
- Altura: 20-80 cm (8–30 pulg.)
- Flor: Regular, de alrededor de 1,5 mm (0,06 pulg.) de largo (se prolonga el fruto). El perianto generalmente consta de cinco segmentos amarillentos o rosados, que se encuentran unidos desde la base hasta la mitad. Pedicelo y perianto con glándulas amarillas. Pistilo formado por dos carpelos unidos. Dos estilos ligeramente unidos basalmente. Seis estambres.
- Hojas: Alternas. Pecioladas, glabras o densamente pilosas por debajo. Limbo lanceolado a apenas elíptico, puntiagudo o romo, a menudo con una mancha oscura en el medio. Estípulas unidas protegiendo al tallo (una ócrea), que es holgada y glabra o con pelos muy cortos en la boca.
- Fruto: Una nuez marrón redondeada pero plana, aproximadamente tan larga como el perianto.
- Hábitat: Costas, tierra arable, terrenos baldíos, jardines, basureros, y bordes de caminos.
- Período de floración: julio–septiembre.
La hierba de Santa María es una planta anual variable, a menudo asociada a residencias antiguas. No es muy exigente pero prefiere el suelo rico en nitrógeno. En los campos, esta especie es una maleza problemática. Sus semillas permanecen viables por décadas y pueden pasar intactas por el tubo digestivo del ganado.
La hierba de Santa María está dividida en dos subespecies, siendo las más comunes ssp. pallida y la más rojiza ssp. lapathifolia. La especie bastante rara Persicaria maculosa (P. maculosa) es bastante parecida a la hierba de Santa María. Se diferencia en que no tiene puntos glandulares y generalmente tiene una ócrea de pelos largos, y en los estilos que están unidos desde la base hasta la mitad.